NO VOTARÉ
No
me prestaré para la farsa electoral que esta montada para el próximo 20 de mayo
de 2018. No soy abstencionista y creo en los procesos electorales cuando se
respetan los principios democráticos.
Sin embargo, no depositaré mi voto hasta tanto no se me den
garantías de transparencia y se respete el libre juego de las ideas, elementos estos que no se observan en el
presente proceso electoral.
Cabe
destacar que la convocatoria a elecciones es írrita por cuanto fue hecha por un
órgano que no tiene legitimidad, como lo es la Asamblea Nacional Constituyente,
instalada y dirigida por el propio régimen, violando disposiciones
constitucionales. Aunado a ello se observa
el ventajismo a través de la utilización de recursos del gobierno y el
derroche en publicidad en todos medios de comunicación, incluso algunos de
carácter internacional.
Ante
esta situación me declaro en rebeldía contra esta convocatoria y me acojo al Art. 138 de la Constitución Nacional
donde claramente se establece que “Toda
autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”
Lamentablemente,
ciertos dirigentes políticos se están prestando
al juego del Gobierno. Unos lo hacen abiertamente, convalidando la farsa electoral, sin importarle el daño que le
causan al país, y otros callan pero actuando
subrepticiamente para obtener dividendos políticos y económicos, es el caso de
los Consejos Legislativos Regionales. Preocupa la postura que han asumido algunos “dirigentes” de la oposición durante
los últimos veinte años, conviviendo con el régimen sin importarles el
sacrificio de los sectores populares y el de cientos de jóvenes caídos por
oponerse a las prácticas dictatoriales
del régimen.
En
vez de aferrarse a procesos electorales
amañados, los sectores pensantes del país deberían constituir un frente único
integrado por gente seria de los partidos políticos, sindicatos, estudiantes,
universidades, intelectuales, la academia, gremios profesionales y
empresariales así como la sociedad civil para constituir una organización que tome iniciativas tendentes a la la salida del régimen y de sus agentes
extranjeros y se enrumbe al país hacia su desarrollo económico, político y social.
Lo
contrario significaría mayor empobrecimiento del país, la supresión de las
libertades, violación de los derechos humanos,
incremento de la diáspora, la
mortalidad por falta de comida y medicinas, la expoliación de nuestros recursos
naturales y en definitivamente la
destrucción de la democracia.
Andrés Eloy Arriojas Vásquez
Abogado y
Periodista
Representante
Egresados ante
Consejo
Facultad Humanidades
y
Educación U.C.V
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