DETRÁS DE LA AMENAZA ESTÁ LA INCAPACIDAD


Por Andrés Eloy Arriojas Vásquez

En Venezuela son constantes las amenazas y los insultos del Presidente Hugo Chávez a la oposición, a la que ve como un enemigo que debe someterse. Él entiende la política como un acto de guerra, cuyo propósito fundamental es reducir al adversario, pretendiendo con ello ejercer un control sobre la sociedad, con las consabidas ventajas que el poder proporciona.

Un buen Gobernante busca desarrollar el contrato social mediante la aplicación de la justicia social y asegurar el interés y el bien común de sus gobernados. No debe bajo ningún concepto, prevalido de su posición, humillar y maltratar a los ciudadanos, eludir sus obligaciones y atribuirle a factores externos las causas de sus fracasos. Lo más grave es la pretensión de que los grupos de la sociedad civil asuman responsabilidades que son propias del Estado, como por ejemplo la seguridad, la construcción de viviendas, la preservación de la vida, el abastecimiento, etc…

Caso reciente es el de los dueños de la empresa Polar, a quienes el Presidente Chávez conminó a que construyeran casas para los pobres en un área donde se levantan unos Galpones que sirven de depósito a productos alimenticios. La empresa privada debe contribuir al desarrollo del país, de hecho en la mal llamada Cuarta República los sucesivos Gobiernos, mediante programas de desarrollos mixtos construyeron miles de unidades habitacionales a lo largo de la geografía nacional.

Sin embargo, ello fue producto de convenios y planificaciones, contrario a lo que ocurre en la actualidad, donde el Primer Mandatario, luego de la ineficiencia demostrada, pretende imponer y trasladar a los particulares, bajo la amenaza y el argumento de expropiación, la obligación de asumir esa responsabilidad. Conforme a lo previsto en el Art. 82 de la Constitución Nacional el Estado debe garantizar los medios para que las familias, especialmente las de escasos recursos, puedan acceder a las políticas sociales y de crédito para la construcción, adquisición y/o ampliación de viviendas. Lamentablemente las innumerables invasiones de terrenos y edificaciones evidencian el fracaso, en materia de política habitacional, de un Gobierno que ha recibido, durante toda su gestión, más de $ 950.000.000.000,oo.

En las décadas que van de los 60 a los 90 se construyeron, anualmente, mas de 80 mil viviendas, que se aprecian hoy en varios complejos habitacionales de Caracas, tales como Caricuao, Casalta II, La Quebradita, El Valle, Coche, “El Cafetal”, y otras tantas en todo el país. Lamentablemente este Gobierno, en once años de gestión, ni siquiera ha podido construir trescientas mil unidades habitacionales, destacando que algunas de las edificadas han tenido fallas de construcción. Este problema debe ser encarado con seriedad, sin imposiciones, sin demagogia electoral, con el concurso de todos los ciudadanos, bajo los cánones del respeto y la legalidad. Ya es hora de que Gobiernen los mejores, salir de la improvisación y de los ministros inexpertos que abundan en el Gabinete del Presidente Hugo Chávez.

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